Sedna, el planeta enano: 6 características principales

Mike Brown y Chad Trujillo, descubrieron Sedna, el planeta enano, en el año 2003 y lo nombraron en honor a la diosa inuit del mar. Sedna ha sido y sigue siendo un enigma, ya que no existe una explicación científicamente probada de cómo llegó a donde está, y su distancia dificulta su estudio.

Imagen de Sedna Discovery
Sedna Discovery Image de 2003.

En la actualidad, ronda la magnitud 20, lo que le sitúa fuera del rango visual de casi todos los telescopios aficionados. Aún así, es lo bastante brillante como tomar una imagen con un telescopio grande.

1. Es uno de los objetos más rojos del Sistema Solar.

Concepto de artista de Sedna
Concepto de artista de Sedna. Crédito – NASA / JPL-Caltech

Sedna, junto con Marte, se trata de uno de los cuerpos más rojos de todo el Sistema Solar. No obstante, Marte le debe su color rojo al óxido de hierro mientras que el color de Sedna proviene de los tholins.

Los tholins son un lodo orgánico creado durante millones de años debido al continuo bombardeo de rayos cósmicos y cubren una capa inferior formada de hielo de agua y metano.

2. Está muy muy muy lejos del Sol.

El planeta enano se encuentra la mayor parte de su tiempo, muy lejos del sol. Fue descubierto próximo a su enfoque más cercano, esto significa que es probable que existan una cantidad inimaginable de objetos inobservables similares a Sedna.

Actualmente, Sedna se sitúa aproximadamente a 85 unidades astronómicas del Sol (3 veces la distancia de Neptuno). Sin embargo, se conoce objetos como Eris, las sondas de Pioneer y Voyager o OR10, que están aun más lejos del Sol.

Cuando se encuentra en su perihelio, su punto más cercano al Sol, se encuentra al doble de distancia que Plutón (aprox. 76 unidades astronómicas). Esto se traduce en que pasa la mayor parte de su tiempo en el “espacio interestelar”, más allá de la conocida heliosfera.

Su larga distancia perihélica significa que no pudo haber sido puesto donde está mediante una “honda” gravitacional de algún planeta gigantesco gaseoso.

 A día de hoy, conocemos otros cuerpos similares a este planeta con unas órbitas similares. Es posible, que sean el resultado del acercamiento del Sistema Solar a otra estrella durante su formación. Aunque la principal línea de estudio es la existencia de un quinto planeta gigantesco gaseoso con una órbita irregular proporcionó una fuerza gravitacional que desplazó estos objetos a sus actuales órbitas.

3. Hace mucho frío e inactivo

Al estar tan tan lejos del sol, la temperatura en la superficie de Sedna ronda el cero absoluto, tan fría que congelaría cualquier atmósfera de nitrógeno.

Seguramente no haya actividad geológica y debido a su lejanía probablemente no haya cráteres de impacto, lo que le otorga una superficie lisa y uniforme, siendo así una de las superficies más prístinas del Sistema Solar.

Sedna, el planeta enano, se dirige hacia su perihelio en 2076, esperando que alcance una temperatura de 35 grados Kelvin (-238 grados Celsius).

4. Es miembro de la nube de Oort (más o menos)

S encuentra integrado en la nube Inner Oort. Esta nube se trata de un grupo de cuerpos helados con forma de toro situado más allá de los confines del cinturón de Kuiper.

Aunque ha sido objeto de mención anteriormente, Sedna junto a otros cuerpos como este, sean probablemente una muestra prístina de los orígenes del Sistema Solar.

5. Es evidencia de un noveno planeta.

Como conclusión de su órbita extremadamente alargada, Sedna no pudo ser acomodado en su posición debido a los “tirachinas” gravitacionales de los actuales planetas gigantescos gaseosos.

En primera instancia, se planteó que Sedna fue arrastrado por la fuerza de alguna estrella cercana, pero se conocen al menos otros 10 cuerpos con órbitas similares. La probabilidad que algo así ocurriese repetidamente es es próxima a cero.

6. Sedna, el planeta enano más grande sin luna.

Los “grandes” planetas enanos, como Plutón, Eris y demás, tienen al menos una luna, algo que no pasa en Sedna.

Sin una luna, los científicos no pueden calcular la masa y el tamaño de Sedna con precisión. Las estimaciones actuales giran en torno de un diámetro de 915 a 1160 kilómetros, la mitad del tamaño de Plutón.

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